Por: Adhemir Cavero Chavera

Díganle todo, lo que quieran. 

Díganle vanidoso, como no va a estarlo luego de semejante obra maestra. Cristiano podrá cambiar su hábito de verse al espejo por ver su golazo en repeticiones infinitas.

Díganle oportunista, pues claro. Una chance así no la puede desperdiciar, ahora mismo el portugués debe haber contactado al fotógrafo para recibir el archivo original de la postal y colocarla en su sala. Merece una impresión gigantesca y ponerla al lado de cualquier obra famosa.

Díganle engreído pero aceptemos también que quienes consumimos fútbol de todos los colores en el cable, esperamos, rogamos por ver un gol así agarremos el partido cuando faltan 15 minutos. Ahora súmenle el factor improvisación de Ronaldo y diganme que no se sintieron como enamorada el 14 de febrero y recibieron ese gol como un regalo inolvidable.

Díganle que solo piensa en romper récords personales, pues acaba de romper otro: todos nos pegamos a cuanto resúmen deportivo exista solo para revivir aquel instante mágico y reventaron el rating.

Díganle lo que quieran, estoy seguro que el crack seguirá dando motivos para ser el centro de la noticia.