AYAYAYAY (CANTA, YA NO LLORES)
Por: Adhemir Cavero Chavera
"En el mundial si consigues 6 puntos, estás en la siguiente fase". Pues bien digámosle hasta pronto a esta frase. La excepción a la regla sucedió en el Grupo F, donde México, pese a tener dos partidos ganados, increíblemente debió esperar hasta la última milésima de segundos de la jornada final para definir su clasificación.
Los aztecas se las veían con los duros suecos y en paralelo, Alemania tenía al frente a Corea. Con solo analizar posibilidades, nombres, ranking FIFA, historia en los mundiales, hasta el precio de las camisetas, Alemania era superarchimegafavorito ante los asiáticos, pero Rusia 2018 se sigue riendo de lo obvio en cada partido y esta vez tampoco iba a dejar pasar la chance de refregarnoslo en la cara.
AJUSTARON COREA
México había superado sus dos primeras pruebas venciendo en un partido épico a Alemania y a Corea con un poco de susto pero con dos partidos ganado tenía una vista panorámica en balcón mirando hacia los octavos. Alemania, en cambio superó a Suecia en la última jugada con aquel bombazo de Kross que cambió las reglas del juego.
Los charros encontraron en Suecia a un rival que justifica el uso del color amarillo pues mira el arco rival con optimismo y alegra a los suyos con tanta entrega dentro del campo. México, no dio pie con bola y acto seguido le empezaron a llover los goles. Más de uno en la nación de los tacos, habrá querido taparse el rostro de vergüenza con un sombrero mexicano. Sin querer queriendo se colocaron 3-0 abajo y toda la chamba que habían realizado se iba al tacho. Entonces la atenciónn ya no estaba en su partido, los cuerpos de los jugadores mexicanos estaban en Ekaterimburgo, pero sus mentes en Kazán.
Algunos hasta tenían ganas de decirle al árbitro que acabe el partido de una buena vez, para ver todos juntos en el monitor aquel que se usa para el VAR, los minutos finales entre Alemania y Corea. Empataban los teutones, pero un gol y nada más que eso, necesitaban para avanzar a octavos. Sin embargo, los coreanos habían hecho un esfuerzo sobrenatural para sostener el cero, conscientes que por esas cosas del destino, podían tentar algo mejor.
Es así que, ya en tiempo de adición, vino un córner, una habilitación y el gol de los asiáticos. Don VAR fue protagonista de nuevo en la copa (el juez y el línea habían anulado dicha acción) y validó el gol que dejó lelos a los tanques germanos que de pronto, estaban perdiendo un partido impensado y quedándose fuera de Rusia.
Alemania jugó de verde y nunca maduró en su juego. De ello se aprovecharon los coreanos, fueron mas audaces y por eso aprovecharon la ocasión para humillarlos con un segundo gol sin arquero (Neuer había trepado a campo rival, como nos tiene acostumbrados en instancias finales de juegos que se le tornan en contra), pero lejos de propiciar el empate, generó lo contrario: el gol de Corea.
Fue allí que en todo México y en Ekaterimburgo también se oyó un "Ayayayay" que prima facie fue un grito de alivio. México pese a todo lo malo que le pasó en esos noventaitantos minutos, llegó a la siguiente fase junto y junto a su cuasi verdugo, Suecia. Ajustaron corea, apretaron los dientes, pero llegaron.
Ahora México canta y ríe pero miran atrás y saben que por un momento su destino pudo ser llorar y llorar, llorar y llorar.