CÓMO2
River Plate tuvo una linda estadía en su visita a la Bombonera por la final de ida de la Libertadores.
¿El gol de visitante no vale doble?, pues para River Plate vale muchísimo en lo moral. En la primera parte de esta superfinal de América, los millonarios invirtieron bien sus esfuerzos y se llevaron un empate que los dejó más que satisfechos.
Con un comienzo irrespetuoso el equipo que no tuvo a Gallardo en banco por suspensión, estuvo a punto de poner a los hinchas xeneizes de cabeza pero se encontraron con la humanidad de Rossi que antes de los 20 sacó de apuros a Boca Juniors, que se entonó, reaccionó y encontró vía Wanchope el golpe. Armani llegó débil al segundo balazo a su arco y se le coló.
Sin embargo, River estaba dispuesto a hacerle una visita memorable a los locales. Por ello, supo reaccionar y encontrar la paridad. Pratto la cruzó y la banda sonó fuerte en la Bombonera.
Todo iba más acorde al trámite, pero a los boquenses no les interesó y enviaron un centro frontal, de esos tiros libres que tienen sensación de gol tan solo con ver la pelota bien dirigida al área y Benedetto con todo y tatuajes la conectó para dejar otra vez desarmado a Armani.
BANDA SONORA
River Plate sintió la pegada y pegó igual que Boca. En camarín seguramente se prometieron no desatender más la marca pero no renunciar al ataque y llegaron al empate calcando la formula de su archirrival. Cierto que fue autogol, pero poco les importó a los "millos" que minutos después fueron testigos de la redención de su guardían Franco Armani quien hizo la de Dios y le dio paz a River.
River se sintió cómodo. Controlaron la presión y como buena banda que son, jugaron a su ritmo. Con este resultado van cómodos a definir en la vuelta lo que para ellos será la oportunidad precisa de borrar las burlas de esa bendita letra B y cambiarla a su favor por la C de Copa.