En verano muchos prefieren ir a nadar pero otros aprovechan para ir de pesca. En esta época del año la danza de los fichajes es tan atractiva como los partidos mismos y cada cuadro lleva agua para su molino buscando tener un conjunto fuerte con qué afrontar la temporada. En Alianza Lima, se lo tomaron en serio. Perdieron el bicampeonato y a su comando técnico, por eso decidió empezar de cero. Con Russo al mando, empezaron a tirarle el anzuelo a muy buenos valores del mercado nacional como Joazinho Arroé, José Manzaneda y Wilder Cartagena. Pero había un pez gordo que se les escurrió por buen tiempo dejando a los hinchas blanquiazules pendientes del twitter 24/7: Pedro Gallese.

En México la noticia de que el arquero interesaba en Perú, no significó mucho problema. Melitón Hernández se convirtió en garantía y los constantes yerros del meta nacional, le costaron puntos al Veracruz, que a final de cuentas son el termómetro en los clubes. 

Los productos del mercado en estos meses, se debe vender fresca sino se puede frustrar su venta. Nunca pusieron trabas, pero como todo transacción hay que pensarla sesudamente. Por eso demoró tanto la llegada del arquero a tienda aliancista. La espera llegó a su fin: el Pulpo se va de la zona de Tiburones para pasar a una donde el arco se conserva y muy bien gracias a Leao Butrón, pero un arquero nació para eso. Para aprovechar las oportunidades, que como en la pesca, demandan paciencia pero una vez que se consigue lo que se busca (titularidad), se debe luchar por no dejarla ir. 

Gallese quiere ser competitivo, tener ritmo y llegar a la Copa América con la selección. Fue una real pesca de tiburón la de los grones, está en el meta no mandar al agua todos los elogios y previos y salir a flote.