No me queda claro si el gesto que le hizo Cristiano a la hinchada de Atlético Madrid era solo para resaltar cuantas champions ganó. Empiezo a pensar que el gesto señalaba otra cosa. Más que seguro que fue eso. CR7 les quiso decir a sus archirrivales madrileños "esperen, les tengo preparada una sorpresa" y esta se develó el martes 12 en Turín. A su manera, en su lenguaje, es decir en cristiano, el astro portugués decidió tomar las riendas de la Juve para llevarlo a la siguiente fase de la competencia. 

Quiero creer que la euforia del fútbol a veces sobrepasa a sus protagonistas. En Madrid y desde la época en que era jugador,  la hinchada empezó a despertar gracias al Cholo Simeone . Tribunero como pocos, el argentino es la cabeza de su equipo, Atlético Madrid, pero es a la vez, el jefe de barra. Y cada gol que celebra con su gente, lo hace de una manera más que elocuente. Sin embargo con la infinidad de cámaras que hay en las transmisiones de los partidos a nivel mundial, ningún gesto pasa desapercibido y puede costarte sanciones. 

El cogerse los testículos es para muchos jugadores de fútbol una señal para la hinchada que los hostiga (rival o propia) y trata de dar una imagen de virilidad extrema. "Ganamos con huevos", "Este equipo tiene los huevos más grandes", son algunas de las frases cliché al fin de cada juego.

Es entonces que me doy cuenta de otro detalle: en la camiseta de Juventus ya no destacan las líneas verticales, se ve en cambio una gran letra H. ¡Oh sorpresa!,  ya entendí. Cristiano lideró la remontada de su equipo con dos cabezasos furiosos y un penal ejecutado con mucha calidad. Tres goles, eso necesitaba Juventus y los hizo su figura. Una gran actuación de Ronaldo que tuvo mucha actitud y bueno -debo decirlo-  muchos, pero muchos huevos. Hay que tenerlos para pararse frente a situaciones límite y salir airoso. Encima fueron con dedicatoria del portugués al argentino. 

Ahora lo entiendo todo. Por eso el fútbol nos gusta tanto. Por eso fútbol nos gusta un huevo.