Por: Adhemir Cavero Chavera

twitter: @javieradhemir1

de sake

Los nipones golpearon de sake. En la primera fecha del Grupo E, Japón le regaló una nueva sorpresa al mundo desde Qatar volteando el resultado por 2-1 ante Alemania. Ya los coreanos en Rusia, habían dado luces de que no eran invencibles y esta vez la historia se repitió. 

İlkay Gündoğan había abierto y puesto en ventaja de manera lógica a los teutones. Incluso, el centrocampista del Manchester City colocó al fondo con suma delicadeza un penal sancionado por el referee y no por el VAR. ¡Por fín!. 

Él mismo pudo cerrar todo cuando su remate se encaprichó y pegó en la base del poste en la segunda mitad. También Musiala pudo hacerlo cuando en una gambeta infinita recorrió el area chica pero cuando definió la mandó arriba. 

Alemania tampoco pudo ampliar su ventaja a causa del meta Gonda. El agil arquero sacó un par de ocasiones de esas que las ves en la repetición y te lamentas por largo rato. 


UN EQUIPO CON KARATE (Y CARÁCTER)

Los japoneses impusieron el ritmo de siempre en los mundiales con rapidez, coordinación y técnica. Envalentonados, al ver que su rival los mantenía vivos tuvieron la chance de un nuevo amanecer. 

Ritsu Doan aprovechó una pelotera en el área y venció a Neuer, que ya había salvado a los suyos en una acción anterior.

Ya el resultado era oro para los nipones pero quisieron más y lo lograron: Takuma Asano recibió una pelota a espaldas de la defensa, la controló con maestría, aguantó la marca y luego la clavo en el único espacio libre entre Manuel Neuer y el poste. La clavó arriba. Como para que nadie les sake nunca la marca de equipo complicado a Japón y como para hacerle abrir los ojos a los alemanes. Hace tiempo que dejaron de ganarse los partidos con la camiseta.